Nuestro martirio en este mundo comenzó con la desobedecía en el Edén. Lo pecados son los culpables de todos nuestros sufrimientos. Si no pecáramos, si los hiciéramos de lado, todos estaríamos en un mundo perfecto en un paraíso completo.
Hay muchas personas que dicen que cual infierno si el infierno esta en esta tierra. Esto no es cierto el infierno es mucho mas doloroso tortuoso (ese será otro tema tratado en una próxima Edición). A este mundo hemos llegado para ser felices, para vivir en un paraíso pero la humanidad con sus pecados hacen de este mundo un mar de lágrimas.
La única forma de salvación de acabar con esto, es el amor y no solo el amor que existe entre parejas, sino el amor al prójimo. Si amamos a los demás cumpliremos todos los mandamientos. Si amamos al vecino ¡¿como robarle?, si amas a tu mujer ¿para que desear a la del prójimo?, si amas no mataras, si amas honraras a tus padres; y si todos nos comportamos así, no habrá necesidad de la ley humana, no habrá necesidad de puertas de seguridad, de policías, de demandas. No existirá violencia ni pobreza porque si amas a los demás y ves, que están mal, que no tienen comida o ropa o vivienda le tenderas la mano.
Entonces empieza a amar a todos, no los mires como carne y huesos; debes ver en ellos al Cristo a la parte pura de Dios que existe en ellos. Todos tiene una parte de Dios ese aliento que los mantiene vivos. En todos se encuentra Dios, así que ¿dejarías a Cristo en la calle con hambre, le robarías, lo golpearías, abusarías de él, lo verías sufriendo y no le tenderías la mano?. piénsalo
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