Nuestro sistema egocéntrico ha generado, que nuestras estructuras sociales funcionen de la misma forma. Nuestras ciudades se han convertido en devoradoras de recursos, en agujeros negros que tan solo absorben recursos del ambiente pero que regresan muy poco.
Si analizamos el sistema de la naturaleza. Cada parte, toma algo pero devuelve mucho; un árbol toma nutrientes pero devuelve refugio, alimento, salud. Nuestras ciudades tan solo consumen cantidades enormes de alimento, agua y materias primas para devolver contaminación. Toman vida, para devolver desolación y muerte. Devoran todo a su alrededor sin pensar que cuando destruyamos nuestra naturaleza circundante también moriremos junto con ella.
Somos parte de este mundo. Fuimos concebidos dentro del sistema natural, pero al pensar solo en nuestro beneficio nos apartamos del orden conformado durante millones de años. Dependemos de este sistema, y al dañarlo nos estamos suicidando. Esto ya es algo palpable, tan solo miremos como cada día somos más enfermos; los índices de cáncer aumentan; problemas de salud por alimentos; por contaminantes; falta de agua y climas cada vez más extremos.
Es momento de actuar, aun estamos a tiempo. Ideemos formas de transformar nuestras ciudades para que no tan solo consuman, sino que se alineen a el sistema natural. Hay ideas propuestas, pongámoslas en práctica el tiempo está en nuestra contra y seremos nosotros y nuestras generaciones las perjudicadas.
Por último les dejo algunas ideas que he escuchado que podemos implantar en ciudades para corregir nuestro cauce: Una muy buena idea es edificios de cultivos hidroponicos y aeroponicos donde aprovecharían el dióxido de carbono de ciudades para convertirlos en oxigeno, además que se ahorraría tiempo y dinero en el transporte del mismo, ya que se encuentra dentro de la ciudad. Sistemas de transporte masivo con automóviles eléctricos; la reutilización del dióxido de carbono; ¡reciclar! Creemos esta cultura, en estos momentos la mayoría de productos se pueden reciclar. Ayudándonos a economizar en recursos del ambiente, e incluso para las industrias estos productos son más económicos y beneficiosos, en momentos donde la materia prima comienza a hacerse escasa y costosa.
Se puede hacer mucho. De aquí pueden nacer ideas para empresas, para tecnologías; crear un nuevo sistema cultural; tan solo es actuar. Estamos a tiempo, pero tampoco es mucho. Es momento de dejar de pensar en mí y ver cómo podemos aportar. Igual y si no lo hacemos tarde o temprano seremos los afectados.
Si analizamos el sistema de la naturaleza. Cada parte, toma algo pero devuelve mucho; un árbol toma nutrientes pero devuelve refugio, alimento, salud. Nuestras ciudades tan solo consumen cantidades enormes de alimento, agua y materias primas para devolver contaminación. Toman vida, para devolver desolación y muerte. Devoran todo a su alrededor sin pensar que cuando destruyamos nuestra naturaleza circundante también moriremos junto con ella.
Somos parte de este mundo. Fuimos concebidos dentro del sistema natural, pero al pensar solo en nuestro beneficio nos apartamos del orden conformado durante millones de años. Dependemos de este sistema, y al dañarlo nos estamos suicidando. Esto ya es algo palpable, tan solo miremos como cada día somos más enfermos; los índices de cáncer aumentan; problemas de salud por alimentos; por contaminantes; falta de agua y climas cada vez más extremos.
Es momento de actuar, aun estamos a tiempo. Ideemos formas de transformar nuestras ciudades para que no tan solo consuman, sino que se alineen a el sistema natural. Hay ideas propuestas, pongámoslas en práctica el tiempo está en nuestra contra y seremos nosotros y nuestras generaciones las perjudicadas.
Por último les dejo algunas ideas que he escuchado que podemos implantar en ciudades para corregir nuestro cauce: Una muy buena idea es edificios de cultivos hidroponicos y aeroponicos donde aprovecharían el dióxido de carbono de ciudades para convertirlos en oxigeno, además que se ahorraría tiempo y dinero en el transporte del mismo, ya que se encuentra dentro de la ciudad. Sistemas de transporte masivo con automóviles eléctricos; la reutilización del dióxido de carbono; ¡reciclar! Creemos esta cultura, en estos momentos la mayoría de productos se pueden reciclar. Ayudándonos a economizar en recursos del ambiente, e incluso para las industrias estos productos son más económicos y beneficiosos, en momentos donde la materia prima comienza a hacerse escasa y costosa.
Se puede hacer mucho. De aquí pueden nacer ideas para empresas, para tecnologías; crear un nuevo sistema cultural; tan solo es actuar. Estamos a tiempo, pero tampoco es mucho. Es momento de dejar de pensar en mí y ver cómo podemos aportar. Igual y si no lo hacemos tarde o temprano seremos los afectados.
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