¿Qué harías si fueras el jefe?

by 4:27 p.m. 0 comentarios

Muchos desean ser los jefes de sus jefes, porque entonces allí si sabrían cómo es dirigir y mandar bien. Seríamos los duros, la empresa alcanzaría el mayor éxito y mirariamos al que fue nuestro jefe con esa risita de ¡Aja! ¡te supere! Así que escucha esta historia de cómo les fue a unos empleados como jefes. ¿Cual serías tu?

Un prestigioso empresario decidió tomarse un año sabático; así que contactó a tres de sus empleados más confiables para encargarles todos sus bienes y corporaciones. Las repartió conforme conocía las capacidades de cada uno.

Los dos primeros empleados aprovecharon la oportunidad y fueron rápido a negociar, trabajar e incrementaron al doble la fortuna que les había dado el jefe para administrar. Pero el tercero por el contrario, cerró las propiedades, congeló las empresas y almacenó el dinero en cajas fuertes cuidando que todo quedara tal cual el jefe se lo había entregado, por temor a realizar un mal movimiento, que hiciera perder toda la fortuna y tuviera que responder por todo. 

Pasó el tiempo de descanso del jefe, así que volvió para ver qué había pasado con todos sus negocios, e hizo una junta con sus tres empleados. El primero realizó la presentación de cómo crecieron los negocios el doble y mejoraron las propiedades que le habían sido entregados. Así que el jefe al ver la buena labor lo felicito en gran manera y dió un cargo aún más alto del que tenía. Con el segundo sucedió lo mismo y el jefe le dio más bienes y un mejor cargo por su buena labor.  El tercero al pasar le mostró cómo todo estaba tal cual lo dejó, no gastó ni un céntimo de su dinero, las propiedades quedaron tal cual y todo como lo había dejado. Pensó bueno, hice bien porque no hice algo donde pudiera perder la fortuna mi jefe. Pero en vez de ser felicitado fue regañado y despedido, y los bienes que se le habían encargado paso a mano de los otros dos empleados. 

Dios nos entregó a todos distintos dones, recursos y bendiciones conforme nuestras capacidades. Nos pudo entregar un hogar, una empresa, una habilidad, unos hijos. Pero por temor a perderlos, a equivocarnos o a hacer algo mal, nos paraliza. Simplemente guardamos nuestros dones y talentos, o no corregimos y exigimos a nuestros Hijos; o No exhortamos, guiamos y cuidamos nuestra pareja; o no nos atrevemos a dar a conocer nuestro sueño, u habilidad escondida. 

Cuando nos invade el temor a fallar, a perder, es cuando realmente fallaremos y perderemos.  Muchos han perdido el amor de su vida por temor al rechazo. Muchos, por miedo a burlas perdieron su sueño. Otros por miedo a fallar y equivocarse, dejaron su gusto por las ciencias, la música, el enseñar… Miles de dones, millones de sueños, millares de maravillas; composiciones, historias, aparatos, sistemas… yacen bajo una tumba, por miedo a fracasar. 

Da lo que tienes, ejercita tus dones, cultiva tiempo en tu familia, emprende, sueña, atrévete, solo así creceremos, solo así nuestra vida prosperará y dará fruto. Entre más practiquemos mejor será nuestra habilidad, entre mejor cuidemos, exhortemos y velemos por nuestro hogar, nuestra familia o hijos mejores serán, nuestras relaciones florecerán. Entre más brindes de ti, así falles, te equivoques o caigas, en cada levantada serás mejor, avanzarás más y tendrás mucho más de lo que tenías antes. Puede que no lo veas ahora pero en el tiempo indicado la recompensa te hallará. 


0 comentarios:

Publicar un comentario